Apostamos por un modelo de persona integral que contiene una sólida formación académica, junto con un espíritu crítico, creativo y reflexivo, impregnado de sentido de justicia y orientado en un sentido trascendente.
Los niños y jóvenes son la razón de ser del colegio. Su formación y desarrollo guían todas las acciones que se llevan a cabo en nuestra escuela.
En sus espacios se aprende a estimar el barrio, el pueblo, la lengua, la cultura y el medio ambiente.
Desde esta estimación, los alumnos y el colegio trabajan para la mejora de las realidades más cercanas, implicándose activamente en las actividades que se realizan desde un compromiso positivo con el entorno.